Bajo la arena

Parado en las puertas de la ciudad,
Frente a la efigie de un dios ignoto,
Entre el murmullo de la piedad
Camino entre aquellos otros.
Desconozco sus lamentos vacíos,
Avanzo entre pilares y arcos
Que el tiempo ha desgastado imparable.
Donde el arte de hombres se desmorona ante lo inefable
De eras que caen como hojas marchitas,
Lo que busco yace profundo,
Entre las arenas del desierto,
Más viejo que los derruidos muros,
Tal vez más antiguo que las piedras
Que han mirado las dunas cambiantes;
Advierto miradas extrañas;
Algo se arrastra bajo la ciudad,
Lo siento en las entrañas,
Oscura y terrible inmensidad.
El sol se pone lento,
Las voces y ruidos cesan,
Tras postigos cerrados rezan
A su dios de piedra,
Las sombras largas dan paso a la penumbra,
Camino por las estrechas callejuelas
Vacías, solo un viejo perro me sigue
¿Presiente acaso quién soy?
El viento del desierto sopla helado,
Seco y muerto hoy.
Al fin llego a mi destino;
Las ruinas del antiguo templo
Donde otros alzaron sus lamentos
A otro nombre ya olvidado,
Pero yo lo recuerdo;
Me adentro en las oscuras criptas
Donde nadie ha entrado en siglos,
Donde los ecos vienen de eras remotas
Y los oídos sufren al oírlos,
El perro gime y se apega a mí
Sin embargo me sigue sin vacilar.
La oscuridad es completa aquí
Pero para quien ha visto más allá del vacío
Nada se oculta.
Los pasadizos se repiten hasta el hastío,
Descienden, descienden profundo,
Hacia los cimientos del mundo.
El aire se vuelve turbio,
Rancio, añejo como la esencia
De aquella oscuridad terrible
Que aguarda más allá.
Al final de una sinuosa escalera,
En la gruta más profunda
Lo encuentro, innombrable;
Rodeado de un aura tenebrosa
Que mis ojos no logran atravesar,
Por primera vez el perro aguarda
Atrás, temblando en silencio.
La voz surge del más profundo
Pozo de oscuridad sin vida;

Así que has vuelto al origen
¿Encontraste lo que tanto añorabas?

La invisible sonrisa burlona puede adivinarse
En las palabras pestilentes y sombrías

¿Encontró el bien amado algo de lo que soñó?
¿Oh ha vuelto con las manos vacías?

La sombra me rodea y las palabras
Son como agujas punzando desde ella
Eras enteras pasaron desde la última vez
Que miré esa oscuridad,
Estrellas murieron en mi larga travesía.

He vuelto con las manos vacías, susurré;
Aun cuando encontré aquello que buscaba
En los ojos de una joven más allá del alba
Y sin embargo fue demasiado tarde para mí,
Más he vuelto al pozo de oscuridad
Donde tu nido hiciste esperando el día
En que regresara a pagar mi deuda.

Así que has vuelto sin nada,
Vienes frente a mí que he guardado el pacto
Y solo he permanecido mientras el destino,
Lento y azaroso se ocupa en lo que yo debí hacer,
Mucho tiempo he esperado solo por ti
Mientras buscabas aquello que no podías conseguir,
Caminaste solo, volviste solo y yo aquí,
Aguardé en la oscuridad, despierto, siempre despierto;
Y en la profunda grieta de esta soledad tenebrosa
Esperé.

Un viento frío, como el aliento de la muerte
Siguió a las palabras atormentadas,
Avance un paso en el abismo
Hacia esa voz invisible,
Extendí mi mano entre las sombras
Y la oscuridad se arrojo sobre mí
Como los negros dedos en las manos siniestras
De lo largamente postergado,
Como un ente voraz subió por mi brazo
Y se arrojo sobre mi rostro inexpresivo,
Lejos, como si estuviera más allá del mundo,
Oí los furiosos ladridos del perro
Pero la oscura y fúnebre voz del abismo
Sonaba ahora entre los pliegues dolorosos
De mi propia mente;

Mucho tiempo vagaste
En tu inútil peregrinaje bajo el sol,
Aunque siempre supiste la verdad;
Solo fuiste en el principio
Y solo serás al final,
El Sueño ha terminado,
Solo queda la Muerte.

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