Dialogo de La Muerte y El Destino

— Créeme cuando te digo, Destino

Que no hay hado en el que no esté presente

Pues escucha la palabra de la muerte

Quien es fin de todos los caminos.

— De todos los caminos de esta esfera

¿Pero que sabes tú del Tiempo y su origen?

¿Y más aún de las conciencias que no se rinden?

¿Incluso en lo breve de la terrible espera?

La muerte rió a carcajadas mientras se sentaba

— ¿Qué, crees que existe algo por encima de la realidad?

¿Fuerzas misteriosas contra la flecha del tiempo y su fatalidad?

Destino cerró los ojos — No veo nada.

Pero en esta esfera estoy atado

Tal como tú, pues eres solo una de todas las posibles

Flechas del tiempo, las hay menos terribles

Incluso otros hados

— Tal vez, tal vez no, nadie lo sabe

— No, nadie lo sabe pero vislumbro presentes

Pues aquí la muerte no reina omnipresente

Solo es un fin ¿Y quién sabe?

Que mientras ellos aguardan su destino

Retrasen el terrible encuentro con la Parca

Hasta que las mismas estrellas sean meras brazas

Y entonces hayan visto lo que yo no.

La muerte se revolvió incomoda en su sitial

Si ellos hacían eso solo le aguardaría el tedio

Pues debería esperar al tiempo sin remedio

Y mientras, debería contentarse con Azar.

— Veo Muerte tu pesar

Pues si ese es el destino que les fue escrito

Nada en su contra podrás realizar

Pues si les llegaras a enfrentar

Tu destino seria igual que si le dejaras tranquilos.

— Pero mientras aún reino en sus destinos

¿Y quien dice que no prefiero una orgia?

¿De brillante y fugaz crueldad a esperar el día?

Aún queda mucho del tiempo para medirnos.

La muerte se levanto y en su manto negro desapareció

Destino cerró sus ojos y entre las piedras se fundió

Ellos vieron otro sol levantarse en el horizonte

Mientras el tiempo seguía inexorable, omnipotente.