Objetividad, Ciencia y La Historia
La ciencia
es una de las más importantes actividades del ser humano, si no es que la más
importante, a pesar de que ha jugado un papel fundamental solo en los últimos trescientos
años, a diferencia del arte o la religión que probablemente han existido desde
las primeras instancias de civilización humana, la ciencia sin embargo a
logrado transformar de manera extensa tanto el mundo como nuestra comprensión
del mismo y a diferencia de la religión o el pensamiento mágico que también
tratan de explicar lo que nos rodea, la ciencia
es superior a estos en tanto sus conocimientos son demostrables y
puestos a prueba.
Es
importante pensar sobre la naturaleza de este conocimiento y el funcionamiento
del método científico para poder entender cómo funciona y que significa la
ciencia para poder tener cierto nivel de juicio sobre lo que un enunciado
científico significa y como estos son validos y certeros en contraste con
opiniones que recurriendo a lenguaje científico tratan de validarse.
La
objetividad científica es una de las características del conocimiento
científico que constantemente es juzgada, tratare pues de dar una idea de lo
que significa la objetividad en las ciencias y en La historia que aspira a ser
la ciencia que estudia a los hombres en el tiempo.
Objetividad,
Ciencia y La Historia
“La
naturaleza esta allí y se va a revelar tal y como es, por lo que cuando vamos a
investigar no debemos decidir con antelación que es lo que queremos hacer,
excepto tratar de averiguar mas sobre ella”
Richard
Feynman
La ciencia
“[La
ciencia] puede caracterizarse como conocimiento racional, sistemático, exacto,
verificable y por consiguiente falible.” (Bunge; La ciencia: su método y su
filosofía, pág. 6)
Popper
agregaría que además es un conocimiento falsable, pues al criticar el método
inductivo entiende que no son los múltiples casos que verifican una teoría los
que validan el conocimiento como científico sino la capacidad de, en principio,
ser puestas a prueba y encontrar casos que lo contradigan, esto supone además
un carácter provisorio de las teorías, las cuales siempre pueden modificarse,
perfeccionarse o si la experiencia demuestra que son erróneas, derribadas, por
lo tanto se puede agregar una característica más a la ciencia y es que es
autocritica.
El método
científico es el medio por el cual la ciencia construye su conocimiento el cual
más allá de las especializaciones y técnicas propias de cada ciencia, que pueden parecer complicadas es
en su esencia muy simple.
“Para
llegar a establecer una ley científica existen tres etapas principales: la
primera consiste en observar los hechos significativos; la segunda, en sentar
hipótesis que, si son verdaderas, expliquen aquellos hechos; la tercera en
deducir de estas hipótesis consecuencias que puedan ser probadas por la
observación” (Rusell; El panorama de la ciencia, Cap. III)
Podemos
pues darnos cuenta que la base primaria del conocimiento científico es de tipo
empírico, la ciencia observa el mundo, para entender el mundo, pero también
podemos advertir que existe una abstracción, es decir el mundo “concreto” lleno
de infinitas particularidades es reducido a sus causas fundamentales para poder
ser expresado en una ley científica.
Pero no
debemos olvidar que estas abstracciones, que no son “reales” más que en el
modelo de las ideas que tenemos del mundo, son sin embargo obtenidas desde este,
es decir son objetivas.
La
objetividad
La
objetividad es entendida muchas veces como cuantificación y un remitirse a
números duros o como la aseveración de verdades absolutas pero esto no es así
de ninguna manera, objetividad es en términos simples entender y explicar el
objeto por el objeto y este es lo que yace frente a nosotros, con las
características que nuestra experiencia nos ofrece de él. Pero la experiencia
es limitada, por lo tanto nuestro conocimiento también lo es, sin embargo las
proposiciones que hacemos aunque limitadas y por lo tanto con grados de certeza
variables pueden ser objetivas en tanto lo que se diga se desprenda de lo que
observamos y que las deducciones realizadas a partir de estas sean susceptibles
de someterse a prueba experimental.
La
objetividad nace y se define con la experiencia, el objeto, lo que está ahí, se
revela a través de esta, el acto de abrir los ojos y ver sin mediar
pensamientos ni juicios es objetivo en principio, podría alguien decir que mis
sentidos son limitados y no abarcan la totalidad de lo que está fuera de mi y
que por esto no puedo realmente conocer el objeto en su esencia, sin embargo la
objetividad no es pretender obtener un absoluto e inmediato conocimiento del
mundo o del objeto, si no entenderlo en tanto los limites de nuestra
experiencia nos lo permiten y gradualmente expandir estos límites y obtener
aproximaciones sucesivas a lo que es verdaderamente.
Constantemente
vemos que se critica la objetividad de la ciencia, se recurre para ello continuamente
a los resultados de la relatividad o de el principio de incertidumbre de la
mecánica cuántica que han sobrepasado y dejado de lado los principios de
absoluto y determinismo de la ciencia clásica y que pusieron en tela de juicio
la base positivista sobre la que se había construido la ciencia occidental, se
les pone como ejemplo para demostrar la imposibilidad de obtener un
conocimiento realmente objetivo.
Pero tanto
las variaciones relativistas como la incertidumbre son características del
mundo exterior que siempre estuvieron allí solo que ocultas en los detalles que
hasta ahora estaban más allá de las posibilidades de nuestra experiencia, pero
eran deducibles de aquello que ya habíamos observado, por lo tanto al medirlas y
comprobarlas, podemos hablar de
conocimiento objetivo, pues no son una construcción a priori, sino más bien una
deducción a partir de la experiencia y del modelo de ideas construido a partir
de esta. Pero no dependen de nuestra presencia para ser.
Para
ejemplificar esta idea podemos imaginar un entorno blanco que se extiende
indefinidamente con un cielo blanco también que ilumina regularmente toda la extensión,
imaginemos ahora que estamos parados en este lugar y que frente a nosotros
existe un cuerpo geométrico que tiene caras rectangulares y sus caras laterales
son triangulares, pero solo muestra hacia nosotros su cara rectangular, dado
que esta a una distancia considerable no podemos llegar a él en un tiempo
prudente y hasta ahora la luz incide sobre el sin revelar sombra alguna que
pudiera revelarnos la forma que se oculta detrás de esa única cara visible,
para nosotros que lo observamos bajo estas condiciones solo hay una forma
objetiva de explicarlo: es una figura rectangular. Esto es objetivo en cuanto
responde a lo que el objeto nos revela de sí mismo en ese instante y en esas
condiciones, ahora, dado que en nuestro modelo de ideas sabemos que una cara
bidimensional en un mundo tridimensional no se sostendría tan tersa como la
vemos podemos aventurar la hipótesis de que se trata de la cara rectangular de
un cuerpo tridimensional de forma desconocida y tal vez una atenta mirada a los
bordes de la figura revelará esa pequeña sombra que lo confirmaría.
¿Qué no
sería objetivo en esta situación? Por ejemplo afirmar categóricamente que se
trata de la cara de un paralelepípedo, cosa que sabemos seria además un error.
Como decía
antes, la percepción del mundo es objetiva, en tanto damos cuenta del objeto
por lo que el objeto nos muestra de sí o más bien por lo que nosotros podemos
ver de él. Es, sin embargo, al pensar sobre esto, que si no somos cuidadoso
podemos dar con conceptos cargados con las ideas que creemos o queremos que
sean ciertas, Por cierto que el problema de la imparcialidad es profundo pero
incluso esta es una cualidad objetiva de nuestra psiquis si podemos darnos
cuenta de ella a través de la razón también podemos pasar de ella, pasar de
nuestras estructuras preconcebidas y ver el hecho por lo que es ante nosotros ¿pero
es posible esto?
La
Historia
1-El mundo es todo lo que acaece.
2-Lo que
acaece, el hecho, es la existencia de los hechos atómicos. (Wittgenstein,
Tratactus Lógico Philosophicus, pág. 18)
La
objetividad en la historia ha sido criticada o más bien refutada desde que los
historiadores dejaron de lado aquella historia clásica y positivista que se
empeñaba en ser un mero recopilador y organizador imparcial de los hechos que
le eran dados desde el exterior Con el advenimiento de las nuevas corrientes
historiográficas estructuralistas quedo en claro que incluso entonces el
historiador no era imparcial y por lo tanto se entiende la historia como una
construcción del historiador, desde entonces la postura positivista y objetiva
de la historia es criticada por ser ilusoria e incluso, esta falta de
objetividad parece ser referida con entusiasmo y como una característica
valiosa del trabajo historiográfico.
La cuestión del
trabajo historiográfico actual pasa por la comprensión de las estructuras
sociales en el tiempo y por la explicación de las coyunturas y problemáticas de
estas estructuras, pero entendiendo que, como afirma Edward Carr: El hecho histórico es definido por el
historiador, es este quien a través de un proceso de selección da a determinado
evento del pasado su valor y la cualidad de histórico, Carr de esta forma se
aleja de la idea de un hecho histórico objetivo e independiente de quien lo
estudia. Así la condición histórica dependerá de una cuestión de interpretación
por parte del historiador que investiga el hecho y la comunidad de
historiadores que lo valida como tal.
Es claro que la
percepción positivista decimonónica del historiador como un mero recolector
pasivo era insostenible para el desarrollo de la historia y para su aspiración
a ser una ciencia, pero pasar de los hechos de esta forma y argumentar que las
características que les dan valor histórico no están en el hecho mismo si no en
el ojo de quien lo estudia, es también extremo y además pienso no del todo
correcto.
Es cierto que el
curso del tiempo pasado está lleno de hechos, infinitos si se quiere, y que no
todos son de valor para el historiador pero aquellos que si lo tienen es por
sus propias características, por su propio peso dentro de la red de hechos que
lo antecedieron y de aquellos que lo sucedieron, por ejemplo miles de personas
cruzaron el Rubicón durante miles de años, pero solo uno de ellos guiaba un
ejercito romano contra la republica romana, esto es propio del hecho acaecido y
fijado en el tiempo, no es el historiador quien le ha dado esta relevancia,
quedara pues ver que tan relevante fue en el transcurso histórico, pero ningún
historiador le negara la importancia que tiene, una importancia que es propia
de las características del hecho y por lo tanto objetiva.
Aun sin embargo
esta el tema de la intencionalidad en la investigación histórica y como esto
supone un quiebre con el método científico y con la objetividad pues implica ir
a la historia a buscar aquellos hechos
que validan determinado punto de vista y no un entendimiento de la
historia en si por la totalidad de las características que nos manifiesta.
“Todo trabajo
histórico descompone el tiempo y escoge entre sus realidades cronológicas según
preferencias y exclusivas más o menos consientes” (Braudel; La historia y Las
ciencias Sociales, Pág. 64)
Y por último el
problema de las fuentes, ¿son estas expresiones del hecho tal como ha acaecido?
Parece ser que los límites de la experiencia en la investigación histórica son
mayores.
Podemos pues ver
como la objetividad no es una característica que apele a la esencia de las
cosas o los objetos, si no a la experiencia que de ellos tenemos, por lo que es
la base de la cualidad de perfectible de la ciencia, pues nuestra experiencia
del universo es muy limitada y por lo tanto nuestro conocimiento también lo es,
sin embargo con cada avance en la comprensión del mundo nuestra experiencia se
expande y con ella se perfecciona nuestro conocimiento del mundo.
Dentro de la
historia la objetividad que era vista por la historia clásica como la mera
recopilación y organización de los hechos en el tiempo ha sido considerada
inviable así como la postura positivista sin embargo el solo hecho de que la
historia se refiera a los hechos o a las estructuras de la sociedad implica que
estas tienen una importancia para explicar el devenir histórico y esta
importancia es parte de las características del hecho en sí, no pueden ser
otorgadas a priori a algún evento, por lo tanto a pesar de las criticas es
claro que para que el conocimiento histórico
sea tal y no una mera opinión debe ser objetivo, queda sin embargo la
pregunta de si es posible ver al hecho por sus características o solo por lo
que otros nos dicen de él, la dificultad esta pues en la esencia de la historia
que implica una separación temporal entre el hecho y quien lo estudia.
Otro punto es la
valides de las interpretaciones históricas como un conocimiento científico, que
como hemos visto habla de lo particular y de estructuras que se sostienen el
tiempo, pero no existe una generalización un entendimiento científico del todo
histórico a partir de la experiencia, sin embargo la historia es y será una
fuente esclarecedora y si podemos entender cómo se ha desarrollado podremos
recurrir a ella en busca de ejemplos para entender nuestra propia situación en
el tiempo.
Buen ensayo, aunque siento que tus ideas están un tanto dispersas. También creo que la redacción podría mejorarse, considerando que se trata de un ensayo con pretensiones académicas. Noté la falta de varios acentos y otros errores menores.
ResponderEliminarHay algunas afirmaciones que haces sin una fuente que las sustente, y eso de que "...el curso del tiempo pasado está lleno de hechos, infinitos si se quiere" no me suena muy coherente.
Eso sería por el momento,
Saludos.
Gracias por pasar.
ResponderEliminarEste fue un ensayo algo apresurado (como casi todo lo que escribo) por eso las ideas parecen dispersas como lo notaste XD
sobre la frase que mencionas la cuestión es que cada acción de la humanidad, en general y de sus individuos, en particular puede considerarse como un hecho en el tiempo y estos son incontables y se siguen sucediendo a cada instante de allí lo de "infinitos"
es en el valor de algunos de estos como "históricos" en donde quería enfocarme, ya que una postura asume que es el historiador el que les da este valor...
PD:
Esos acentos y comas me siguen echando a perder el día XD.
Saludos