La Arquitectura como manifestación material de la historia humana


Braudel y Marx desde sus distintas formas de comprender la historia en lo que hubo de influir los diferentes tiempos y circunstancias en que desarrollaron su trabajo, por un lado el siglo xix donde Marx estaba en medio del desarrollo y surgir en Europa del socialismo y los movimientos revolucionarios y por el otro; Braudel, en la Europa occidental del siglo xx donde el capitalismo se ha asentado firmemente como el sistema predominante. Además de las diferentes concepciones que fundamentaban sus propuestas historiográficas: el materialismo histórico para Marx y la escuela de los Annales para Braudel, ambas, sin embargo, críticas de la forma tradicional e ingenuamente empírica de entender los hechos en la historia clásica. Sin embargo a pesar de estas diferencias ambos coincidieron en puntos claves en la forma de entender el desarrollo histórico, aunque cada uno desde su perspectiva particular.
Dentro de estos puntos, las interacciones materiales entre la base natural-geográfica y la sociedad humana relacionando estos fenómenos dentro de la temporalidad son quizás unos de los más interesantes de observar.


 Así es como ambos conciben la evolución de la historia humana como una estrecha relación entre el medio y los hombres, partiendo de una relación de dependencia en la sociedades agrarias pre-capitalistas para gradualmente comenzar a controlar algunos aspectos de la naturaleza, cambiando la forma de entender el valor de los productos naciendo así el capitalismo y que según Marx, finalmente al controlar de manera efectiva y total esta base natural; se desarrollaría una sociedad de hombres libres y producción colectiva.
Esta relación es descrita por Braudel en su obra “Civilización Material, Economía y Capitalismo de los siglos XV al XVIII” donde concibe como vida material todos aquellos modos de hacer del hombre respecto al mundo material y social que se han prolongado en el tiempo como formas de relación con la base natural.
Dentro de estos modos de hacer uno de los que representan de forma clara las diversas formas de relación y además los distintos temperamentos culturales que el hombre desarrolla es la Arquitectura, como forma de responder a las necesidades de cobijo-refugio y como expresión tangible de forma en que las sociedades construyen su mundo y su historia.
Las distintas tipologías de la Arquitectura siempre son en principio definidas por el medio natural, que es el que determina las condiciones climáticas y los diversos materiales y recursos que el hombre tiene a su disposición para decidir como satisfacer la necesidad que se le presenta.
Siguiendo la forma de periodificación general de Marx, en la cual se observan las diversas formas de relación hombre-naturaleza, podemos ver que en la primera etapa pre capitalista, la subordinación del individuo a su medio es total y se manifiesta en los primeros refugios que el hombre logra procurarse los cuales son de hecho configuraciones de la misma naturaleza tales como las cavernas de nuestros antepasados más remotos
Más tarde, aun dentro de este periodo, que pertenece a la temporalidad de larga duración propuesta por Braudel, el hombre en su continua búsqueda de lograr satisfacer sus necesidades básicas desarrolla las primeras sociedades agrarias debe por esto alejarse de los refugios naturales y asentarse en los terrenos aptos para cultivo y ganadería, donde nuevamente deberá enfrentar las inclemencias del clima, para esto valiéndose de los materiales que el entorno les ofrece inician el desarrollo de las primera formas de arquitectura. Estas primeras formas estarán por completo supeditadas al entorno natural en cuanto al tipo de clima al que responden y a la materialidad disponible para dar forma a la estructura, así aparecen tipologías y morfologías como las cubiertas a dos agua o en pendiente en aquellos lugares donde la lluvia era un fenómeno recurrente o las cubiertas planas en los entornos secos y desérticos o las  diversas materialidades tales como madera, piedra o bloques de arcilla todos estos dependiendo casi exclusivamente de su disposición en el medio donde se construía.
Algunas de estas tipologías debido a su especial funcionalidad y además debido a condiciones socio-culturales como tradición o la identidad del pueblo que la manifestó siguen presentes incluso en nuestros días, pero al avanzar hacia el periodo en el cual el hombre comienza a tener control sobre la naturaleza y sus productos, es decir cuando irrumpe el sistema del capital aparecen cambios y desarrollos en la arquitectura.
En esta etapa podemos ver como aparecen nuevas tipologías arquitectónicas que se relacionan con la producción y con los medios de control y organización de la sociedad, así aparecen diversas configuraciones para edificios que cumplen diversas funciones y responden a los diversos estratos de las sociedades capitalistas más complejas y mas jerarquizadas, además comienza a distinguirse en este momento la labor del arquitecto como aquel que posee los conocimientos y cualidades para la planeación y construcción de estos nuevos edificios.
Surgen así los edificios administrativos y legislativos: palacios, foros, senados y también los militares como fortalezas y castillos. Es aquí donde la relación entre la sociedad y el medio natural cambia, pues el hombre ya no está completamente atado a las disposiciones de la naturaleza si no que modifica el ambiente en pos de responder a las necesidades sociales; escavando en las montañas construyendo acueductos y caminos por lo tanto tampoco depende absolutamente de los materiales que el entorno le provee, esta mayor organización permite a los constructores traer los materiales que necesita desde allí donde estén.
Esta modificación y control relativo de la base natural alcanzara junto con el sistema capitalista su mayor auge en la época posterior a la revolución industrial donde la maquina abrirá impensables posibilidades al hombre para adaptar el medio a sus necesidades o por lo menos lograr una adaptación más eficiente.
La industria proporcionara nuevos materiales que liberaran la arquitectura de su dependencia formal a los materiales naturales: el acero y el hormigón increíblemente moldeables y de sin iguales características estructurales abrirá las puertas a la construcción de grandes obras fundamentalmente adaptadas al sistema capitalista industrializado: Industrias, rascacielos de oficinas, centros comerciales.
Pero ya en este momento los arquitectos influenciados por las nuevas propuestas socialistas se abocaron a la búsqueda de una solución a las necesidades de los estratos basales de la sociedad, teorizando y diseñando los principios de una arquitectura social, funcional y eficiente donde la vivienda responda de manera optima a las necesidades del individuo, se concibe así a esta como una “máquina para habitar”
Además se desarrollaran nuevas planificaciones urbanas que tienden a ordenar y mejorar la calidad de vida en las grandes y abarrotadas ciudades de esta era siendo uno de sus mayores ejemplos el diseño y construcción desde cero de la nueva capital de Brasil; Brasilia bajo la dirección de Julio Costa como urbanista y Oscar Niemeyer como arquitecto, imbuida de un profundo sentido socialista y pensada como la utópica ciudad perfecta.
Los desarrollos técnicos e industriales también permiten la casi total insubordinación a la naturaleza construyendo ciudades y edificios en medio de desiertos y construyendo en terreno artificial sobre el mar allí donde la naturaleza se muestra insuficiente en lo que ofrece, sin embargo la falta de desarrollo en los aspectos fundamentales del funcionamiento social y económico mantienen nuestra actual condición aun lejos del tercer estado que Marx teorizara, aquel en que la sociedad, en completo control de la naturaleza y sus recursos, es capaz de dar a todos sus integrantes una segura satisfacción de sus necesidades y una real libertad para desarrollarse como seres humanos en la ciencia, el arte y la cultura.
Podríamos concluir que la arquitectura es un reflejo del estado social y de sus características propias las cuales han respondido a las mismas necesidades de forma práctica pero en cuanto a espíritu y forma son distintas entre aquellas sociedades de mentalidades diferentes.

Así la arquitectura es un dinámico testigo y actor de las evoluciones sociales, pues es respuesta a las necesidades del medio ambiente o base natural pero además testimonio de las particulares formas de entender y responder a estas por parte de los diferentes grupos y sociedades a lo largo del devenir histórico.

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