La Caída de los Primigenios

2012…PRELUDIO

La isla negra, alentada por las disposición favorable de las estrellas, que desde hacía 86 años no perduraban tanto en ese estado, emergió nuevamente desde el abismo trayendo consigo la ciclópea ciudad llena de horrores para la humanidad.

Antes solo los miembros del aborrecible culto y unos pocos infortunados se dieron cuenta del llamado proveniente de sus más oscuras criptas, pero ahora era observada desde el cielo por ojos electrónicos.

Tres naves de la armada chilena: la fragata clase 22 FF-19 Almirante Williams, la fragata clase M FF-15 Blanco Encalada y la nave científica AGOR-60 Vidal Gormaz surcaban las aguas en dirección a la aparecida isla con la expresa misión del alto mando y el ministerio de defensa de investigar y resguardar la soberanía y seguridad del territorio marítimo nacional.

86 años han pasado desde la última vez que este portento ocurrió. Entonces pocos lo supieron y el hecho quedo olvidado excepto por las especulaciones que un escritor plasmara en sus cuentos y que fueron tomados por fantasía. Al igual que entonces terremotos y tormentas se desataron inesperadamente y con furia inusitada y algunos hombres cayeron victimas de fiebres y delirios donde figuras salidas de pesadillas los atormentaban. Aun así nadie relaciono estos sucesos cuando los sismógrafos detectaron los cambios en el fondo marino y los satélites captaron las imágenes de aquella mole de rocas basálticas emergiendo desde las profundidades del océano pacifico.

Cuando los satélites militares del departamento de defensa de los Estados Unidos sondearon el nuevo territorio emergido y detectaron las trazas de enormes construcciones de piedra y titánicas torres cuya geometría era irracional, de una evidente factura no humana, se ordeno al portaaviones USS-Carl Vinson de la flota del Pacifico que cambiara su curso establecido y tomara posición frente a la isla para permitir el despliegue de un grupo de reconocimiento.

Al mismo tiempo un tercer grupo se dirigía a la isla. Se trataba de un buque carguero de bandera australiana, su tripulación era absolutamente heterogénea, desde hombres africanos hasta noruegos pasando por latinos y asiáticos. Todos guiados por algún ímpetu desconocido y otros por delirios febriles que les obligaban a estar allí aun cuando su voluntad les decía otra cosa.

Mientras los navíos se acercaban a su destino en distintos lugares del mundo aparecían informes de extrañas criaturas acechando en la oscuridad de cavernas y lagos perdidos entre las montañas. De seres que se escabullían de la luz del sol, provocando temor general en las comunidades cercanas. También llegaban informes velados de soldados norte americanos y de la OTAN enfrentando seres pestilentes en las profundidades del desierto arábigo, donde los altos mandos solo especulaban que debía tratarse de alguna célula terrorista usando algún mecanismo de gases químicos.

El público en general seguía su vida como siempre, las noticias de este tipo no eran tomadas más en cuenta que la de algún avistamiento de ovnis o Pie grande. La presencia de la isla en medio del océano pacifico y su secreto aun eran desconocidos para el mundo.

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